lunes, 4 de marzo de 2013

La pirenaica. Blog de Isabel García

La Pirenaica. Así se llama mi blog y aquí voy a explicar por qué. Cuando yo tenía unos veinte años menos que ahora y trabajaba en la Cadena SER, se me presentó la oportunidad única de aprender televisión en un medio casi nuevo. Se llamaba Telemadrid, y algunos de mis mejores amigos de profesión habían hecho el cambio de la radio a la tele sin heridas ni suturas. Cuando aún estábamos tiernos en el periodismo. Pasarse a Telemadrid, era, en aquellos años, una aventura de la que no sabíamos el final. Pero el principio era ilusionante. Alentador. La TV por aquél entonces era o muy aburrida, o muy "mamachicho".
 
Cuando aprobé una de las primeras oposiciones públicas que convocó el canal autonómico de Madrid- creo que la primera realmente "pública", con miles de opositores sentados en varias aulas de una universidad madrileña- mi jefe en la SER, Augusto Delkáder, me espetó: "Así que te vas a la Pirenaica..." Le pregunté qué quería decir y me explicó aquello que yo, por entonces, conocía de refilón...la Radio Pirenaica era el aire fresco periodístico que llegaba a los antifranquistas que habían quedado en la España de la dictadura, sintonizándola con dificultad y disfrutando con delectación de la libertad informativa que aquí no existía.
 
No tuve que echar de menos a mis maestros de la SER, muchos, a los que estoy plenamente agradecida, porque en Telemadrid encontré maestros que me enseñaron a poner en lenguaje televisivo lo que yo ya sabía hacer en sonidos. Fueron muchos años de aprendizaje hasta que pude decir: ya lo se hacer. Ya se lo que es el periodismo-de verdad- en televisión.
Y es que se puede hacer y decir verdad en televisión. Es el medio que mejor llega a todo el mundo, pero hay que tener mucho valor y mucha integridad para saber hacerlo bien, y no convertirse en un vendedor de humo, de confeti o de no-noticias. Cuando no de mentiras al servicio de los que mandan, gestores públicos o privados.
 
La Pirenaica, o "la pequeñita", como la llamaban muchos con cierta condescendencia, se convirtió en un medio informativo que llegó a conectar con la población a la que se dirigía. Fue un modelo a seguir en formas de hacer y de entender el periodismo en televisión. Fue un medio informativo que llegaba a los acontecimientos antes que nadie y que vendía imágenes en primicia. Y aquello no se producía por el milagro de los presupuestos o de las plantillas abultadas. Se producía por la ilusión de trabajar con ganas de comerse el mundo y, sobre todo, con el respeto que nos merecían quienes nos pagaban: los madrileños. Fueron años de prueba-éxito, prueba-fracaso, y al final, recogimos muchos éxitos.
 
El fracaso llegó después, después de muchos años de éxitos. Pero el fracaso ya es historia. Telemadrid, aquella Telemadrid, se murió hace casi una década, y la remataron un 12 de enero de 2013.
Pero yo solo quería explicar por qué mi blog se llama La Pirenaica. Aire fresco en el periodismo que encontré, y que ahora busco.
 
 
 

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