miércoles, 19 de febrero de 2014

"Apariencias de Casino"

"Apariencias de Casino"

Dice mi amigo y gran escritor y periodista Javier Juárez:

"No sé que se espera de un presidente del Gobierno, pero estamos tan acostumbrados a verles como seres de otro planeta que se agradece ver a alguien que entiende el cargo con humildad y, por ejemplo, enseña a hacer una salsa de tomate durante una entrevista. Tanto marketing político para concluir que una receta de cocina puede ser el mejor discurso".
Y lo dice sobre el vídeo colgado por una TV holandesa en la que se entrevista al presidente de Uruguay, José Múgica. El presidente cocina para ellos una antigua receta de su tierra. En su casa, en su cocina. En sandalias. http://clar.in/1d19izC  Os animo a ver el vídeo.


Y reflexiono. Pienso sobre estos personajes a los que elegimos y les pagamos. Gente que está ahí para defender los intereses de  muchísima  gente.

El lunes estuve en un acto de postín de un periódico de ultraderecha, Por cada alto o medio cargo que llegaba a la sede del periódico, venían dos coches: el suyo y el de su escolta. Conductores, varios policias y dos Audis por cada mandamás. La mayor de los cargos era la vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. De ahí, hacia abajo, cinco ministros, una secretaria general, una delegada del gobierno, varios directores generales, una alcaldesa, además de altos cargos y mandos de la guardia civil y la policía nacional. También políticos venidos a menos venían con su chófer. El párking de La Razón en seguida quedó saturado de tanto Audi. El humo de los cigarrillos que fumaban los choferes inundaba el patio como en una habitación cerrada.
 
Es una locura. Un compañero me contó que en la inauguración de Fitur llegaron tres cargos de IFEMA- el número UNO, el DOS y el TRES-  cada uno en su Audi, con su conductor. Si son los tres de IFEMA, reflexionaba mi compañero periodista:¿no podrían haber ido juntos, desde sus despachos, situados en la misma sede, en el mismo coche, compartiendo chófer?. Los concejales del ayuntamiento de Madrid tienen todos un coche y un chófer a su disposición. TODOS los concejales. Son 57.
 
En Suecia y Noruega los políticos hacen la compra en sus horas libres de la comida. A pie, en el centro comercial más cercano. (Y a veces los matan, claro, pero ellos siguen con esa conciencia de "somos todos iguales") Los ciudadanos nórdicos no se sorprenden ni hacen aspavientos si se encuentran en el mercado con la ministra de Asuntos Exteriores. En el idioma noruego no existe el "usted", y se llama de tú al panadero de la esquina y al rey Harald; en sueco, también  el rey Gustavo es como el del kiosko de la esquina. Tú, Gustavo. Tú,  quiosquero. Un idioma, una forma de ser. Nos sorprende aquí, pero es así.

Que un político conceda una entrevista, en zapatillas, en su casa, no debería extrañarnos. Son como nosotros, y nosotros les pagamos.  Dirán: es cuestión de seguridad. Es mentira. Es entendible en el caso de los altos cargos del país, en España. Pero que el líder de la oposición en el ayuntamiento de Madrid no se digne coger el metro para ir a trabajar es un anacro-patetismo digno de la clase política que, creo, no nos merecemos. Una cultura política mamada desde hace siglos. No se mezclan. Ni el más poderoso, ni el más común de los concejales.
 
Llegando al Congreso, hace poco, una ciclista, cuando pasaba por la puerta de los leones se paró cinco segundos para gritar "¡Hijos de puta, corruptos!". Me sorprendió el exabrupto mañanero de alguien haciendo deporte, pero no me extrañó. Hasta hace dos días, las vallas que rodean el Congreso han estado allí plantadas, desde que hace muchos meses una masa llamada "pueblo" montase una concentración que se dio en llamar "Rodea el Congreso". Tienen miedo los políticos, es verdad. ¿Por eso no cogen  el metro ni salen a la calle a pisar lo que pisamos todos? Yo creo, que en este país, han sido siempre así.
 
Es el puñetero boato español. Debe de quedarnos la rémora de Carlos I de España y V de Alemania. Que el despacho de Ana Botella sea el triple que el de Angela Merkel o que el del propio Rajoy dice mucho de este carácter español de "la apariencia de Casino".  Ya se sabe, si las cosas no las cuentas en el casino del pueblo, es como si no hubiesen pasado. Si no tienes un pedazo de Audi y un despacho de quince metros...
 
Pisar la calle es sano. Te pone en órbita en seguida. Bajar desde la zona más noble, más política y democrática de Madrid, desde la calle Cedaceros hasta la Plaza de Neptuno, a pie, te abre los ojos rápidamente. Hoy he visto a una mendiga , descalza, con los pies negros de pisar suelo, durmiendo, tapado todo su cuerpo con mantas,  a cinco metros del Hotel Palace. Salía del Palace una musiquilla de piano de años 20 absolutamente evocadora. Pena de foto, pero me falta la destreza y el desparpajo de los fotógrafos profesionales.
 
Tienen que salir a pisar el suelo, por mucho miedo que tengan.