martes, 8 de marzo de 2016

Me niego al "todos y todas", lectores y lectoras

No voy a explicar la noticia, ya la están contando todos con más o menos ahínco. Igual que deploro la actitud de los que han criticado a Podemos por poner a figuras masculinas de su partido en los carteles del día de la mujer, también deploro esta iniciativa que pretende cambiar el frontispicio del "Congreso de los Diputados", y darle al martillo, para que ponga, solamente, "Congreso". Dicen que el nombre actual es exclusivo para las mujeres.
 En fin, me expongo a todo tipo de improperios por defender la lengua de Cervantes. El lenguaje puede que sea machista, claro; la sociedad puede que también, por supuesto; pero eso no lo vamos a cambiar con el "todos y todas", o con el "Congreso de los Diputados y las Diputadas". Hasta las narices del lenguaje empobrecido y políticamente correcto. Esta mañana he llegado a oír esta frase: "Hay que cuidar de nuestros mayores y de nuestras mayores".

 El lenguaje, de por sí, tiende a la economía. Y, me da igual, hay que hablar con corrección, no con estereotipos ridículos. Me negaré siempre al "todos y todas", "afiliados y afiliadas", "maestros y maestras", "compañeros y compañeras", etc....Y, para que veáis que soy constructiva, propongo una idea que me ha proporcionado un amigo. Si hay que cambiar el frontispicio del Congreso, mejor poner "CONGRESO DE LAS DIPUTADAS". Solo habría que tirar una letra y no 14.
Y así con todo.
Y economizamos un poco, los discursos duran menos y no suenan tan estúpidos.