Que la Asociación de la Prensa de Madrid emita un comunicado en el que se pide "a los ex-trabajadores de Telemadrid que mantengan del respeto por el trabajo de los empleados que se quedaron" me ha producido por igual pena e indignación. Pena porque la Asociación de la Prensa de Madrid debería comprobar y contrastar, como institución formada por periodistas- y que además ostentan el honor de representar al periodismo, con mayúsculas- las afirmaciones que se hacen.
Indignación, porque en este país en los últimos meses se está tomando por costumbre criminalizar a las víctimas de cualquier desmán, protegiendo a los verdugos. El que grita en un escrache es un "nazi", y el político y el banquero que lo permiten, las víctimas.
Deploro la violencia. Todo tipo de violencias: la violencia física y también la psíquica. Esta última es tan dolorosa como las bofetadas y los puñetazos.
Habiendo como he vivido el ERE de Telemadrid desde dentro y desde la parte afectada, quisiera que alguno de los empleados que se han quedado me relate qué tipo de violencia física se les ha infligido. En más de una ocasión la dirección de la empresa llamó a la policía para llenar las inmediaciones de nuestra sede de antidisturbios. Ni una sola vez la policía tuvo que actuar por incidentes, ni violentos ni de ningún otro tipo. Ni un solo incidente en las manifestaciones, concentraciones, y todo tipo de actos en la Ciudad de la Imagen, Sol, etc...
Tampoco después del ERE ha habido un solo incidente violento en las concentraciones, que han sido muchas, de los ex trabajadores de Telemadrid.
Tampoco después del ERE ha habido un solo incidente violento en las concentraciones, que han sido muchas, de los ex trabajadores de Telemadrid.
Sí, es verdad, muchas veces se han aporreado mesas en la cafetería, o se ha hecho el silencio más absoluto ante el paseíllo de un directivo, o se han gritado consignas y se han colgado carteles y pasquines en las paredes, poniendo en vergüenza a una dirección de Telemadrid y a una dirección de Informativos que han llevado a la ruina económica y al desprestigio más absoluto a nuestra Televisión. Una vez concluido el ERE, sí, se ha seguido poniendo en vergüenza y señalando con el dedo a los directivos y empleados- ¿periodistas?- que con su rotundo entreguismo a unas siglas manipulan la información, la retuercen y mienten, sí, mienten, desde un medio público. No merecen ser llamados periodistas, porque no lo son.
Violencia psíquica, dirán algunos. ¿Quién es más violento? ¿El que pone en la calle a más de 800 trabajadores, muchísimos con una oposición aprobada, en un ERE declarado ilegal por los tribunales? ¿Los que roban empleos y siguen manipulando informativos y gastando el dinero de los madrileños en una televisión parcial y vergonzosa en la forma y en el fondo? ¿Saben esos que se quejan de "intimidaciones", la "intimidación" que supone ser un matrimonio de ex trabajadores de Telemadrid con tres hijos- por poner un ejemplo-que quizás no vuelva a encontrar trabajo? ¿Saben lo que significa aprobar una oposición para que tu puesto se lo quede el sobrino o el amiguete de tal o cual dirigente, diputado, periodista-amanuense o amiguete del PP o del Gobierno del PP? No se han quedado los mejores: se han quedado los entregados, los enchufados y los dóciles. Y estos son los que piden ahora amparo a la APM. Quizás la APM debería haberse fijado más en los nueve años en los que los ahora despedidos hemos trabajado "bajo intimidación", apartados y ninguneados por nuestra negativa a manipular.
Aquí todos somos mayorcitos. Y todos diferenciamos entre lo que es violencia y lo que no lo es. Las denuncias, en los tribunales; la APM, a contrastar la información y no dar pábulo a denuncias de "intimidaciones nazis".
Menos nazis. Lo dicho: ahora, los que protestan, gritan o se quejan de las injusticias son "nazis". Los que se han quedado con todo lo tuyo, las víctimas.
Aquí todos somos mayorcitos. Y todos diferenciamos entre lo que es violencia y lo que no lo es. Las denuncias, en los tribunales; la APM, a contrastar la información y no dar pábulo a denuncias de "intimidaciones nazis".
Menos nazis. Lo dicho: ahora, los que protestan, gritan o se quejan de las injusticias son "nazis". Los que se han quedado con todo lo tuyo, las víctimas.