Esperaba el burofax
y ya lo tengo. Yo, que por suerte no he tenido experiencia en despidos, pensaba
que una carta así se reducía a un folio en el que se le comunica a uno que su
relación laboral con la empresa se ha extinguido.
Mi carta de despido
es de 10 folios (11, con la firma del Drtor. Gral en el último). En ella se
detallan, en distintos apartados, la reducción de los ingresos comerciales y
públicos de mi empresa, el límite de gasto y el endeudamiento. Me dice un gran amigo
que cuando uno necesita 10 folios para explicar un despido...le das mucha materia
a los abogados que presentarán la demanda.
Hay un par de
párrafos en el apartado que da título a este artículo que a muchos de los
despedidos se nos ha grabado a fuego y que no conseguiremos olvidar en mucho
tiempo. Detallo:
"(...)los
criterios de afectación del personal integrante de la redacción se encuentran
esencialmente determinados por el objetivo de mantener a aquellos trabajadores
idóneos, por sus cualidades profesionales de calidad y efectividad, para
mantener el funcionamiento de la nueva Redacción
de Informativos, urgida de mayor dinamismo".
"Sin
perjuicio de lo anterior, el criterio de afectación de su puesto de trabajo se
vincula a la supresión del programa informativo para el que usted viene
prestando servicios(...) todo el personal integrante de dicho programa
informativo es personal afectado por el despido colectivo (...) a excepción de
aquellos trabajadores que por su valía organizativa y su especial valor para la
imagen e identidad de Telemadrid ante la audiencia, han podido ser recolocados
internamente en la nueva Redacción única"
El programa al que
se refiere éste párrafo es el SIETE DÍAS. Del programa han sido despedidos un
realizador y una ayudante de realización, cuatro redactores y una productora
que, de forma individual, sumamos más de 25 años de trabajo y experiencia en
Telemadrid. De forma colectiva no lo voy a decir, porque es como las sentencias
acumuladas por multitud de delitos. (¿225 años? Quizás). Éramos personal fijo
por oposición, indefinidos y contratados (y de estos últimos, en fraude ley
durante años). Pero no somos los únicos. Los párrafos de la carta de despido serán
igual o parecidos para otros muchos programas informativos y para los propios
Telenoticias. Hablando en plata: "Usted no vale, me quedo con el que sí me
vale".
A pesar de que el
SIETE DIAS desaparece de la parrilla de programación, se ha salvado un
periodista. Un periodista que apareció hace siete años, justo en el momento en
el que se produjeron todas las purgas, destituciones y dimisiones; el momento
en el que los periodistas que no escribíamos al dictado comenzamos a no firmar
nuestras informaciones, en protesta por la salvaje y sobre todo burda y
mediocre manipulación de las mismas. Se salva este periodista, que fue
coordinador del programa y luego director. Se salva un hombre que ha vivido
durante estos siete años de la profesionalidad de los que hemos sacado el
programa adelante. Se salva un periodista que no solo no ha querido aprender,
sino que ha tenido, con indecencia manifiesta, una falta de empatía absoluta
con la gente que le ha hecho crecer en su prestigio dentro de la casa. Los que
le hemos salvado la cara con nuestros reportajes. Ni una llamada, ni un
"lo siento", ni un "gracias". Ni siquiera un
"adiós". Empatía ¿recuerdas?
Puede que me lleve
la rabia, al hablar así, pero hoy el mundo se divide entre los que leen y
releen ese burofax insultante y los que siguen en ese cementerio llamado Telemadrid. Hay muchos profesionales
que se han quedado, que han tenido que quedarse, porque "hay que salvar
las formas", dicen los abogados que preparan las demandas. No se puede
echar a todos los fijos, por mucho que estos mercenarios quisieran. Por
ejemplo: todos se han salvado en la sección de Nacional. Pero es que la purga
en Nacional se produjo hace años.
Es verdad, se han
salvado compañeros que lo seguirán siendo, luchadores, amigos de los 861 que
estamos, hoy, en el frío de la calle. No
todos los que allí quedan son de la casta de los mercenarios. He visto a
compañeros llorar con amargura porque se quedan. Ellos no son culpables. Han
estado en la lucha con todos, pero nadie es tan suicida como para pedir una
baja voluntaria, sin indemnización ni paro. Yo misma tendría que haberme
quedado si así lo hubiesen querido estos que me hundieron la carrera
profesional hace años.
Pero especialmente
me duelen los compañeros que se vendieron a esta gente de propaganda y
manipulación. Profesionales que perdieron la dignidad por un complemento de
dirección, por un adocenamiento vergonzante, por un terrible miedo al paro
(como el mío, por cierto, el miedo es libre; pero la dignidad se elige). Suerte
para ellos, en esta micro-televisión del futuro- así la han llamado ellos- en
la que nadie podrá decir nada inconveniente. Mucha suerte.
Hoy, una compañera
del SIETE DIAS ha acudido a Telemadrid a por sus papeles para el paro, su
documentación, sus contratos, sus efectos personales. Un guarda jurado no la ha
dejado entrar. A su "casa" desde hace más 25 años. Asco.
El sábado, el
personal de fin de semana tampoco pudo entrar en Telemadrid, a pesar de que no
habían recibido el burofax y estaban en
su turno. La policía (siete lecheras) y los vigilantes jurados les esperaban
con una lista de nombres. Si estaban en ella, ya sabían lo que les esperaba. El
frío. El paro.
No se han respetado
matrimonios, ni discapacitados, ni enfermos, ni circunstancias de especial
protección social. Una redactora en baja por maternidad, madre soltera, ha sido
despedida. Más de una decena de matrimonios o parejas, gente que se conoció en
Telemadrid y forjaron su vida a partir de allí, han sido expulsados sin
miramientos. Magda y Javi, Nieves y Nacho, Luis y María, Rosa y Jorge...no me
vienen más a la memoria. Una mujer con cáncer de mama, con un hijo, también ha
sido despedida.
Ellos seguirán
pensando que tienen razón, y argumentan las razones económicas de un ERE en
esos 10 folios. Pero aquellos que se quedan, los malos, sabrán, siempre lo
sabrán, que se han librado de los mejores. Y muchos de los que se quedan saben
que se quedan por el efecto de pasar la mano por el lomo de esta gente durante
siete años, esta gente que no ha hecho otra cosa que hundir nuestra Telemadrid.
Esta es la
intrahistoria de este tremebundo ERE. Tras esto, queda el desmantelamiento de
una TV pública y de los principios que la crearon. Hoy emiten todo el día
programas grabados hechos por gente que incluso ya está despedida. No pueden
emitir en directo porque no hay nadie que sepa hacerlo. Categorías enteras se
han extinguido: cámaras, realizadores, maquillaje, peluquería, producción,
eléctricos. Solo quieren periodistas. ¿Periodistas?
Un ERE, me dijo un
compañera de la prensa hace bien poco, saca lo peor y lo mejor de uno mismo.
Quizás este artículo ha sacado lo peor de mi. Prometo no escribir ni un solo
artículo más sobre este atropello que ha significado este salvaje ERE. Seguiré
escribiendo de periodismo, de política o de cocina.
Mañana iré con un
compañero a apuntarme al paro. Fui su primera jefa, en nacional. Estoy
orgullosa de él, de su trabajo y de las risas que vamos a hacernos en la cola
del INEM.
Mañana será otro
día. Telemadrid, te querré siempre. Pero no ésta Telemadrid. Adiós, fuera de mi
dial.
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