jueves, 19 de octubre de 2017

NOSOTROS, LAS DIPUTADAS




Queridos míos, sabéis de mi afán por desterrar de este país el lenguaje políticamente correcto. Tengo una especial inquina a esas expresiones repetitivas hasta la extenuación, tipo: "los alumnos y las alumnas", "los diputados y las diputadas", "las mujeres y los hombres de este país", "las portavoces"...y, si, claro que sí..."los portavoces". "Las portavoces y los portavoces". Lo he oído con mis oídos en esta legislatura. 

Se perfectamente que, de momento, esta forma friki de hablar no ha calado en la calle. Pero soy periodista- ay, deu meu- y me trago, por obligación, toda la corrección política que sus señorías quieran echarnos a la cara y a los micros. Acabará llegando a la calle si nosotros, los plumillas, adoptamos como nuestro este trastorno compulsivo del lenguaje. 

Esta plumilla que soy ha oído de todo en esta casa, el Congreso de los Diputados: "nuestros mayores y nuestra mayores", "los portavoces y las portavoces"...o, proposiciones no de ley que buscan cambiar el nombre del Congreso. No debe llamarse Congreso de los Diputados. Debe llamarse, decía aquella proposición:  "Congreso de las diputadas y los diputados". 

Bien, he oído muchas cosas. Pero casi nunca las veo escritas. Hoy sí, a propósito de una proposición de ley del PSOE para obligar a las empresas a computar de forma oficial el horario de sus trabajadores. Una buena proposición. He aquí el texto, y os pongo también el enlace por si queréis leer la proposición de ley entera.
http://www.congreso.es/public_oficiales/L12/CONG/BOCG/B/BOCG-12-B-139-1.PDF

Estuve en el debate de la proposición. El diputado del PP enseguida se fijó en esa frase: "las trabajadoras tienen derecho", y le preguntó a la diputada que presentaba la futura ley:"¿Solo las trabajadoras, tendrán derecho a lo que ustedes proponen, o también los trabajadores?" No contestó, la diputada, se reía, porque el diputado popular le parecía especialmente carpetovetónico.

A mi también. Pero también me parece durísimo para la inteligencia lingüística escuchar permanentemente repeticiones de género, o ese
mantra que convierte a hombres en mujeres, y a todos en un gran sexo femenino: "Nosotras, desde Unidos Podemos", "Nosotras, el grupo socialista..."

Cuidado, porque si las leyes se aprueban, y se aprueban con esa misma "letra de ley", algunos -muchos- quedarán fuera. ¿Tendrían que fichar las mujeres, pero no los hombres, para poder cobrar sus horas extras? Señor, qué distopía.
Salvo que...intervenga la RAE. Si ELLA dice que "las trabajadoras", "las diputadas", "las alumnas", "las profesoras"...somos TODOS, me parece bien. ¿Qué hacemos con los PERIODISTAS? 


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