miércoles, 15 de mayo de 2013

San Isidro: de olimpismo, gallinejas y entresijos

Ahora que acaba San Isidro, ahora que ya terminó el Open de tenis de Madrid, ahora que ya se ha celebrado la tradicional levantada de la hiperbandera de Colón (esa que colocó Aznar en la plaza del Descubrimiento), ahora que ya la pradera de San Isidro se ha vaciado de chulap@s, me puedo permitir soltar toda la adrenalina y la vergüenza ajena que éstas fiestas me producen todos los años, desde hace muchos años. La celebración de las fiestas de una ciudad como Madrid- Unión Europea "pata negra" hasta hace dos días; hoy bastante  PIGS (Portugal, Italia, Grecia, Spain)- deberían ser un akelarre cultural, deportivo y social. Un momento de ocio y cultura, de esparcimiento, diversión, deporte, movida ciudadana. Pero la cultura y el ocio sostenible, unas fiestas que de verdad realcen, promuevan y dejen ingresos en la ciudad no van con nuestro actual estilo de gobernar Madrid.

San Isidro en Madrid Río: el sablazo

Feria de San Isidro en Madrid Río, distrito de Arganzuela: noria, coches de choque, el tren de la bruja, camas elásticas y montañas rusas de medio pelo. Así son las verbenas, aquí y en Calahorra. Lejos del Puente de Perrault, tan cool, que tanto dinero le ha costado a los madrileños. Los niños disfrutan, los padres también. Luego, a cenar.
 
Chiringuitos de chorizaco frito, morcilla, calamares, y los grasientos, famosos y en peligro de extinción "gallinejas y entresijos". Qué bien. Recordamos, nosotros, cuarentones y cincuentones padres de familia, cuando los bocatas de panceta y de gallinejas estaban a la orden del día. Cuando no nos asaeteaban con argumentarios contra el colesterol. A sentarse. Somos más de quince, entre adultos y pequeños. A comer.
 
Hora de la cuenta. 350€, dice el camarero. 350€ del ala. ¿Perdón? ¿Qué hemos roto?, nos preguntamos. Trae la cuenta en un papelillo, roto y cuadriculado, que perteneció a una   libreta de 4x2 cm. Pedimos el desglose...ah, vaya, vaya...no, esto no es así. El chorizo no llegó. No eran cinco jarras de cerveza, fueron solo tres. Esto tampoco estaba pedido..., me cobraste cinco pinchos morunos y eran dos....Total: 100 € menos.
No hay lista de precios, no se incluye el IVA y la cuenta viene, repito, en papel cuadriculado de una libreta de 4x2. Decenas de policías municipales pululan por el recinto ferial, no sé si controlando que no nos desmandemos, la plebe, o que no montemos un 15M versión 2013. Desde luego no están controlando a los chorizos que te cobran el chorizo a precio de Jabugo.
 
No es culpa de ellos, de los chorizos.  Teniendo en cuenta que los espacios de la Feria los alquila el Ayuntamiento de Madrid, me pregunto si no debería el Ayuntamiento de Madrid controlar que los chiringuitos cumplan todas las normas que durante el resto del año miran con lupa al resto de los espacios de restauración de la ciudad. Me pregunto si en la fiesta de la cerveza de Baviera los chiringuitos presentan facturas en un trozo de papel cuadriculado, sin IVA y sin desglosar.
 
Me pregunto si las fiestas de la ciudad de Berlín, de París o de Londres son tan grasientas (y no en el sentido colesterolémico de la palabra).
Españistán.

Gastronomía y tenis

Mientras, en la Caja Mágica, Diego Guerrero, chef del reconocido restaurante El Club Allard de Madrid, ha sido el encargado de mostrar  "la complejidad y los secretos" (sic. Vanitatis) de la oferta gastronómica madrileña en la carpa VIP del Open de Tenis. Desde ostras...a todo lo demás. Restaurantes temáticos, cócteles premium, cervezas de importación, todo..."free".
 
Por la patilla para todos aquellos empresarios, y sus invitados, que han comprado los palcos a pie de pista, por una semana, de 25.000 a 30.000 euros. Derroche sin igual en un país que se desangra (pi,pi,pi...suena el pito de: "incurrió usted en demagogia"). No importa, dicen las autoridades: los grandes negocios, esta semana, se fraguan en el Open de Tenis. ¿Pues no veníamos al tenis? ¿O venimos a hacer negocios? ¿Vamos a rolex o a setas? Parece que no, o sea, que sí, que se va a la Caja Mágica a ponerse hasta las cencerretas de gin tónics historiados, whisky con lima, ostras y quesos franceses. Y a dejarse ver. Olimpismo puro. País de horteras.
 
Empresarios, modelos, actores, futbolistas macarras y gente "guapa"...en pleno barrio de San Fermín. Hay una entrada de "paseo" (¡porelamordedios!) a 10€, que no da derecho ni a  tenis,  ni a "los secretos de la gastronomía".  10€ por "pasear" para ver a Cristiano Ronaldo apretándose un gin tónic.
 
Mientras, los aficionados al tenis de verdad, o pagan religiosamente su entrada (nada barata) o lo ven por la tele. Los palcos, salvo en los partidos de Nadal o las semis y la final, vacíos. Canchas vacías de público. ¿Y la pasta? ¿Se la quedan las arcas de la ciudad? Pues parece que se la queda Ion Tiriac, el ex tenista rumano organizador del torneo, con el que el Ayuntamiento de Madrid tiene un negocio ruinoso (para Madrid, no para Ion Tiriac)
Tiriac, ese vivo que dijo en unas recientes declaraciones que los palcos de Roland Garros son mucho más caros y "no te dan ni un café".
 
Igual a Roland Garros la gente va a ver el tenis.
Espanistán VIP.

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